Una de las cosas que más necesita Chile es que sus instituciones se la jueguen de verdad por el emprendimiento. Nuestro país crece cuando surgen nuevas y mejores empresas, y cuando se generan condiciones reales para que las ideas se transformen en negocios sostenibles.
La academia debe entender que el emprendimiento no se impulsa solo con charlas o talleres de figuras conocidas. Se requiere mucho más que eso: una infraestructura que opere en distintos frentes, con múltiples herramientas y